sábado, 7 de julio de 2007

Hacia Durban

Johannesburgo - Durban, 6 de julio

El paisaje entre Johannesburgo y Harrysmith, en el camino de Durban me recuerdan a Lihue Calel, en la Pampa argentina. Inmensas superficies pajizas salpicadas por algunos eucaliptos y lomas de perfiles elegantes y suaves. El cielo limpio, sólo surcado por algunas nubes que a veces forman hileras surgidas del horizonte como señales de humo.
Empiezo, tímidamente, a sentirme dentro del viaje. Hasta ahora, el ambiente relajado, los cuatro días de descanso en el hotel de Johannesburgo, el nivel de vida mayor que el del resto de África no me permitieron redescubrir esas sensaciones que se crean durante un viaje a partir de lo nuevo, lo particular, lo diferente.
Estoy muy tranquila, la noción de tiempo casi ha desaparecido, son el estómago, el sueño los que avisan del paso de las horas.
La altura de las lomas va siendo mayor, y los árboles comienzan a formar pequeños bosquecillos . A lo largo de la carretera una cinta de tierra quemada protege los campos segados. La primera ciudad: dos hombres negros marchan de espaldas a la carretera por un camino que atraviesa el bosque, parecen sacados de una novela que se desarrollase en los campos de Nueva Orleans.
Pero no todo es tan pacífico. Asociaciones privadas contra los transgresores de la ley se anuncian a la entrada de algunos pueblos. También recomendaciones y avisos contra el crimen en los sitios públicos. Andar por el centro de Johannesburgo puede convertirte fácilmente en víctima del ladrón correspondiente con mayor o menor violencia según tu reacción y el tipo de sujeto con el que te encuentres. No llevar macutos, no llevar más que el dinero imprescindible, no salir de noche, alejarse de los grupos de negros (¡si el setenta por ciento por lo menos lo es!) son las recomendaciones que te dan guías y personas del lugar. Dicen que Johannesburgo es la ciudad más peligrosa de África.



Y llegamos a Durban y... pero esto pertenece al capítulo siguiente. El sueño y el cansancio después de doce horas de autobús llaman a la puerta (¿o es alguien que quiere entrar en nuestra humildísima habitación de esta noche?).

3 comentarios:

Anónimo dijo...

hola reina.
Espero que estés disfrutando de tu maravilloso viaje.Take care and enjoy yourself.Yo aqui en Madrid sin noticias ya te contare otro dia sigue escribiendo xxxAnna

Anónimo dijo...

Esa mammmma!!!! Menudo companiero de foto!!!
Que bien encontrar fotos en las que apareceis vosotros. Hay que buscarlas con lupa...en el blog de papa tambien.
Bueno, solo mandaros un beso, y deciros que de vez en cuando os leemos.
Os dejamos. Mmmmmmmmmmmua!
La Gorda y er Quique

Victoria Heitzmann dijo...

Gorda y Quique, ya sabeis que siempre he sabido buscarme companeros de foto, de viaje, etc. etc.

Besos